Mundo

Censura en redes al grito de guerra: la nueva narrativa desde el poder.

No todo es como parece, aunque digan que sí.

Suspendieron cuentas afines a López, ¿pero en realidad se trata de censura en redes como acusan? No lo creo, aunque hay algo más en esto.

21 Ene, 2021

Acusan censura…¿desde el gobierno?

Sí, así de absurdo está el debate en Twitter, pues el jueves 21 de enero se dio a conocer que fueron suspendidas de forma permanente tres cuentas íntimamente ligadas a Morena, acusando de censura a la red social. ¿Pero la hay?

Los chairos no son los únicos que han pasado por esa guillotina: el caso de Simón Tolomeo dio de qué hablar en el mismo sentido, pero lo más probable es que, al menos con él, haya sido simplemente por la violación de los términos y condiciones de Twitter.

Fuese por spam o por sospechas de manejo automatizado con hashtags replicados al por mayor, existe un componente a considerar: Twitter sí quiere un entorno, digamos, más limpio.

Ninguna idea es censurable, salvo casos obvios de discriminación, amenazas o incitación al odio. ¿Hubo censura con Simón? Realmente no lo creo. ¿Hoy hay censura? Tampoco lo creo.

Enrareciendo el ecosistema.

Las circunstancias cambiaron de forma precipitada por la tensión política tanto en Estados Unidos como en México, pues las redes se volvieron herramientas ideológicas y escenarios de combate que enrarecieron el ecosistema.

Que las redes sociales hayan censurado a Trump a partir de los hechos del 6 de enero en el Capitolio, sólo puso de manifiesto la gravedad de lo que puede ocurrir ante confrontaciones a gran escala.

Una situación excepcional en la que actuaron con urgencia para poner un alto, para bajar los ánimos caldeados, aunque el encono persiste y tomará forma de otros modos.

Acá, los grupos con identidad política tienen el único de fin quebrar el diálogo, calumniar, acosar, impulsar tendencias de forma coordinada con tal de crear una percepción, todo hecho con la anuencia de Palacio Nacional.

Es parte de su proyecto político, pues no tendrían sustento sin la creación de narrativas en las que se erigen como luchadores sociales navegando a contracorriente.

Los autoproclamados héroes impolutos son operadores eficientes de la propaganda, repitiendo bulos y mentiras para sembrar dudas y, en algún momento, crear una nueva verdad.

No importa que no haya sustento. No es una exageración: está en el manual de cualquier dictadura de pacotilla.

Gritan censura en redes sociales, pero ese es el nuevo guion.

¿@LOVREGA, @ElReyTuitero o @Miriam_Junne incumplieron los términos y condiciones de uso de la red, ante la que debes dar tu consentimiento para utilizarla? Todo indica que sí, eso hicieron.

¿Pero censura? ¿«Inquisición ideológica», como dicen los chairos? No me da risa que lo consideren así, pero el lumpen tiene sus filias por la autofagelación.

El verdadero problema está en que desde el día 20 de enero, el propio presidente comenzó la faena de señalar a un empleado de Twitter México como alguien afín al PAN, como si eso fuese prueba suficiente de culpabilidad o como si en uno solo recayera todo un complot para acallar a las voces que apoyan a López.

Quienes hoy detentan el poder han hecho carrera al amparo del presupuesto público bajo calumnias e infundios, y han sabido aprovechar como nadie las redes sociales.

¿Pero acaso están elevando la apuesta para controlarlas desde lo legal, siendo que han perdido el dominio del debate en lo digital? La censura en redes sociales ahora sí podría tomar forma.

Que a nadie le extrañe que sí lo intenten, porque lo dicho: son malos perdedores y pésimos ganadores. Aunque dudo que tengan éxito en ello porque si algo han demostrado en dos años de gestión, es que son tremendamente estúpidos e incompetentes. 

Pero lo peor, lo imperdonable, es que los chairos no tienen sentido del humor. Pobre gente.